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viernes, 4 de noviembre de 2016

Cerrando tópicos



     Hay dos tópicos clásicos en el mundo de la rivalidad política:
- 1) Sí, muy rojo pero tienes pasta.
- 2) Sí, votas a la derecha pero eres un currito.
   
     Estas dos afirmaciones, contrarias entre si y contradictorias entre ellas mismas, contienen una carga ideológica que merece la pena repasar y así aclarar cuál es más real, cuál es más absurda y cuál la más errónea. 

    Se pueden tratar de dos maneras, puesto que lo llevan implícito en la propia frase: ideológicamente y económicamente. 
     
     Desde el punto de vista ideológico el argumento de defensa para la primera podría ser este:
    - Una persona puede haber amasado el suficiente dinero fruto de su trabajo y esfuerzo. Esto le podía haber llevado a creerse, como suele ocurrir, que él ya pertenece a otra clase, y de esa manera renunciar a sus principios y valores de antaño. Y de la noche a la mañana, porque su Cta. corriente así lo indica, pasarse al otro bando. Pero no, él, aun consciente de que es uno de esa minoría que se cuela por la rendija que el capitalismo y la derecha conservadora deja, sigue impertérrito con sus ideas y las sigue llevando a cabo, esto es, sigue pensando que hay gente desfavorecida y desprotegida, distinción abismal de clases, brecha social y salarial cada vez más grande; y un sistema que solo pone las cosas fáciles al que ya de por si lo tiene fácil. Por eso en su lucha ideológica, aun sabiéndose un privilegiado por haberse abierto hueco en ese sistema tan elitista y tan complejo para las clases medias y bajas, sigue apostando por un cambio que abra más esa escueta "rendija" para que sean cada vez más los que se puedan colar por ella sin necesidad de que otros factores, como la suerte, el momento o el apoyo familiar se tengan que alinear para llevar una vida digna.
     La defensa desde el punto de vista económico es clara: 
     -Si tu capital es fruto de tu esfuerzo y ganado de forma legal, es decir, sin apropiarte del esfuerzo y del trabajo de otros; no entra en contradicciones con tu postura ideológica. Puedes haber conseguido una fortuna por ser un ahorrador compulsivo o por estar currando desde pequeño más de 15 horas al día, al final no marca tu posición el dinero que tienes, sino, y ahí está la clave, la facilidad y la forma con la que lo consigues. Esa es la autentica diferencia entre el rico rojo y rico azul.

     Pero vayamos a la defensa que haría el otro extremo, el que sabiéndose pobre, currito, apenas mileurista y pasándolas putas para sobrevivir; vota con toda dignidad a la derecha.
     Desde el punto de vista ideológico su defensa sería esta:
     - No todo en la vida es el dinero. El trabajo y el esfuerzo también te hacen digno. Aparte hay otros componentes para sentirte ciudadano español: La unidad nacional, el orgullo patrio y el respeto a un estado que te protege. Las empresas son las que dan riqueza y por ello, de manera indirecta, nos la dan a nosotros también. Para que un país funcione, tiene que haber una pirámide estructural coherente que rija todo el entresijo económico, es decir, los de arriba crean, idean, producen y por lo tanto mandan y son los más beneficiados. Y los de abajo damos color y ritmo a su proyecto. Y por lo tanto se nos paga acorde con lo prestado. 
     La defensa suya para lo económico sería:
     - Por lo tanto, si tenemos lo que tenemos es gracias a ellos, que nos dan la oportunidad. Y si no tenemos es porque, o no somos muy currantes o queremos solo lo fácil.

     Como se ve, la diferencia es clara. Uno apuesta por la ideología social, lo humano, lo cercano y real, lo tangible. El otro apuesta por conceptos arcaicos, de otra época, por sentimientos casi espirituales que rozan la lucha bélica: Patria, defensa, unidad... Como si estos valores estuvieran en peligro y hubiese que defenderlos a ultranza. 
     Y en ese espacio la derecha se siente cómoda, solo tiene que alimentar ese miedo, creando un peligro que no existe y no se ve, y que por lo tanto va a permanecer toda la vida (terrorismo, independentismo, emigración, racismo..) de esta forma, el seguidor de este movimiento, aun siendo clase obrera, estará más preocupado en ahuyentar a esos fantasmas que de procurar que el sistema le ayude a él y a los suyos. Se sentirá participe de esa "lucha" enconada del estado, del que él por supuesto se siente parte, contra ese enemigo que acecha la unidad y la integridad del país y su constitución, ignorando por completo que la constitución le da los suficientes instrumentos para poner en marcha una lucha social que ponga fin a sus problemas reales. Pero por desconocimiento o porque al estado le ha interesado, le han dado otro tipo de código, un código falso erróneo y lleno de trampas.
     Al final ese caprichoso y maquiavelico sistema, te deja que coquetees con sus ideales, te deja que te apropies de su bandera, de sus colores, de su himno, que los hagas tuyos. Y ¡¡ojo!! te da a ti, porque a ellos en el fondo se la suda, la responsabilidad de defenderlos de esos otros peligros ajenos y virtuales que quieren derrotarlos. Te recuerdan constantemente que es tuya, que es lo principal y que ellos estarán a tu lado para ayudarte y proporcionarte los mecanismos e instrumentos necesarios para ganar esa batalla, a cambio "solo" piden que cada cuatro años... les votes. Ellos se encargan de lo demás, tu no tienes que preocuparte por nada, nosotros te lo solucionamos, eso sí, tu eres el encargado de que no nos invadan y nos roben lo más preciado. Es para lo que te formamos e instruimos desde pequeño... para la defensa de tu PAÍS Y TU BANDERA
     Que ya nosotros, por si acaso no pudierais retener al enemigo, vamos creando nuestra patria lejos de aquí: Suiza, Panamá, Andorra... etc.

     Queda claro cual es es tópico más absurdo. 
     Uno lucha por lo intimo, lo común, lo social, lo de todos, lo de dentro, lo humano... lo que importa.
     El otro aboga por algo que cuesta ver y entender, por algo superficial y meramente ambiguo e irreal. Por un manto de legitimidad que a día de hoy no corre peligro. Lucha por conceptos poco creíbles, irreales y nada tangibles que de existir, poco o nada ayudarían a nuestro bienestar social. Nos convierte en soldados de una guerra falsa y nos mentaliza de que a veces, el enemigo está entre nosotros, al lado, que es difícil verlo y que hay que estar atento, por eso no hay que ceder en la lucha y nos exige ser competitivos día y noche. De manera que esa competición voraz nos evite pensar en el porqué.
    Y así pasa, que mientras nos tiramos toda la vida buscando esos miedos para derrotarlos, ellos saquean de derechos y de medios económicos el sistema para uso y disfrute propio. Eso sí, con nuestra aprobación cada cuatro años.

     Ahora decide tú a quién defiendes y por qué. Y analiza si lo que tienes es por ti o ... por ellos. 

    "Mirad a vuestro alrededor y decidme algo que hayáis construido vosotros... Todo. Volved a mirar y decidme algo que sea vuestro... Nada. Por eso en la revuelta lo único que podemos perder... son las cadenas" 
                                                 Espartaco.


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