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domingo, 24 de junio de 2012

El carcelero del alma

     Quién dictamina que camino debemos seguir. Quién decide cual es la dirección correcta. Bajo qué normas nos regimos para dilucir qué esta bien o qué esta mal. Cuándo sabemos que esto es correcto o incorrecto. Por qué tanto empeño en trabar las historias de los demás, si tan siquiera sabemos si las nuestras son fluidas. 
   
      ....ruidos de ocas, saltos, caballos y en medio una canción, un son que retumba en mi cabeza, el clac, clac, de la pelota en la de Nadal. No hay conflictos, pero sí luchas por desgranar cuál es el autentico sentido. 
            ..... Asaltar los cerrojos que encarcelan el alma.....
   
     Hasta dónde debemos ayudar, dónde empieza el favor y dónde acaba el abuso. Cuándo debemos empezar. Quién lo necesita más, y sobre todo, ¿es justo?. Dar ese paso altruista, ese abrazo incondicional, esa piedra al pozo esperando el ruido que determine qué profundidad tiene, a sabiendas que nunca más recuperaras la piedra, y que en cualquier caso habrás de perder otra para asegurarte. 
     
     .....Un tapón de arena, un chorro de agua, hojas de un libro viejo, un perro que se come a un hombre. Todo bajo la sombra de un mar de banderas rojigualdas, compartiendo espacio con un sueño capital, luchando a brazo partido por derrotar a la mala suerte, al miedo, al temor, al periodismo amarillista; a cuatro años de terror. 
    
      .....No acudir a citas donde el corazón tenga que golpetear desganado.


     Un camino rodeado de árboles para algunos. Para otros un recorrido incierto. Un destino amable en el horizonte de unos pocos. Un rumbo hostil en el de muchos. Para ambos, el mismo objetivo: luchar a uñetazos y dentelladas por esta mísera vida.


     .....Nadie quiere tornas ni orgullo a raudales, y mis voluntades no quieren las sobras...
       
             Que puta verdad.

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