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domingo, 7 de agosto de 2011

El timo del 6º

     ¡Venga¡ ¡Ya está bien! se acabó de dar más bola a toda esta gente que quiere "reconstruir" su vida a costa de los demás. A todos estos que no les importa lo más mínimo el significado de esfuerzo. A todos estos que quieren dinero fácil, rápido, sin importarles el cómo. A los que reinventan un nuevo sacramento para de forma impune lograr sus objetivos. Les importa una mierda el disfraz con el que vistan su moralidad, su decoro, su falta de vergüenza. A todos los que arrastrados por el ansia capitalista se saltan la reglas básicas del mercado: la oferta y la demanda, el debe y el haber. Solo interesa su demanda y su casilla... la del haber.
     El primer paso que dan es lanzar a los cuatro vientos una macro celebración. Se adorna con unas cuantas originales despedidas, se añaden unos autobuses, modestas tracas, pueblos con encanto, nombres sinuosos y eufemismos clásicos.
     Luego se lanza un par de bulos o noticias no contrastadas como: -"Un menú? pues en torno a cien, ciento y pico; más extras". Después se lanza un prejuicio: -"Hoy en día si no das más de ciento cincuenta P/P, quedas como el culo". Y ya está, ya han hecho el Agosto. Ahora eres tú en tu cabeza el que maquinas todo esto, te condicionas y por no quedar mal entras en su juego.
     Ellos están en otro mundo, en el otro lado: ignoran qué es un sacramento, más bien les importa una mierda, lo reciben en iglesias a las que no han entrado en su vida, con sacerdotes a los que ni conocen ni saben lo que les dicen, y lo que es peor, ni lo entienden; seguramente en la mayoría de los casos, hasta se haya criticado en innumerables ocasiones a este selecto grupo.
"Pastel" de boda
     En su mente solo una premisa: El euro, que sea abundante, con el fin de poder financiarse: su traje no; lo paga mamá, los regalitos tampoco; los paga la cuñá, el condumio a veces tampoco, lo paga el sobraó del suegro. Entonces qué. Ellos lo saben, lo intuyen: Dinero fácil, a espuertas, en cuestión de horas, no hace falta más que esperar un poco, poner buena cara y recoger sobres, beneficios.
     Como esto ya se conoce, aun no teniendo ni un duro, se hipotecan de momento para reservar el deseado viaje, porque saben que luego sí podrán pagarlo, habrá dinero de "sobre" de sobra. Y ahí os quedáis vosotros, con esa imagen irreal, preconcevida de: Pobrecitos, no tenían para una celebración mejor. Y mientras lo repasas, los estafadores, están preparando la maleta y el pasaporte con destino a un paraíso fiscal.
     Cuentan, para esta estafa, con tu bondad, tu buena fe, tu ingenuidad; unos valores que ellos no tienen o han dejado a un lado una temporada. Saben que hacen mal, que no es justo ni equitativo, pero tienen el beneplácito de sus familiares más cercanos, que les apoyan, les cubren y posteriormente les justifican. -"Fíjate, es que ellos no lo sabían. Lo hicieron con la mejor intención".
     No critico si había baños o no, si había aire o no, si había parking, si había hilo musical, si existía música ceremonial; no critico tampoco si era abundante la comida, si era de calidad, si tenía presencia, si tenía ritmo, sin esperas, si el cóctel fue apretado y aceitoso, si era un parador o un para-dos, no, eso da igual, lo que me indigna es que ya se sabía o por lo menos se intuía de que eso iba a ser así. Ciento cuarenta kilómetros son un indicio más que sospechoso. Aún así, nosotros accedemos a ir a esta farsa que se denomina Boda en nombre del 6º Sacramento del Matrimonio.
      Y somos nosotros mismos los que, aunque sabemos que: Es una mierda, que no nos interesa ir, que no queremos entrar en estos saraos, puesto que nunca lo he hecho, que sabemos que es un timo; aun sabiendo esto, vamos contentos y con el precio ajustado de antemano, para demostrarnos de que, aun siendo una puta mierda, no nos importa, porque nos lo podemos permitir.
      Dar un cuarto de nomina a unos sinvergüenzas, no nos importa, sin embargo otros días escatimamos uno míseros euros en invitar a tus allegados de verdad, dejar un euro de propina, ser generosos con nosotros mismos, e incluso ese mismo día si se tercia, regatear a tu padre, hermano o cuñado un puto botellín.
     Es una crítica más, más de lo mismo, lo de siempre. La ¿culpa?: Nuestra por permitirlo; y no cortar con ese circulo por el simple hecho de que algún día sea al revés o porque un día ya lo hiciste y ahora queda feo decir NO VOY, y por no hacer ese feo agacho la cabeza, me trago mi personalidad y me desprendo de una parte importante de dinero para demostrarme de que no pasa nada, que es parte de esta función teatral que interpreta la denostada, moralmente, sociedad. 
     Y de ellos, por ser tan ruines, míseros e hipócritas, ¿se conoce algún acto más falso que este?: La iglesia que todos aborrecemos, la reunión de la que todos huimos, la familia a la que todos criticamos, el blanco impoluto del traje...la virginidad ¿?. Todo esto nos lo tragamos con tal de sacar unos rendimientos netos en un solo día. Para cumplir el tan nombrado mal de nuestra actualidad: El aparentar. Para irnos de viaje a un sitio tan lejos, tan lejos, al cual no haya ido ni conozca nadie de los que allí están copa de champagne en mano. A un lugar tan remoto que para localizar su situación geográfica haya que acudir a Google. Un país tan lejano donde no lleguen las noticias que hallamos generado aquí, donde tampoco lleguen la vergüenza ni la ética, o lo poco que de ellas nos quede. 
     Ahora descansan tranquilos, serenos, con el saber del deber cumplido. Lo hacen sentados en el camastro de su hostal, al lado de la papelera donde posan los sobres desmenuzados, desglosados; bonos convertibles en felicidad no ganada y en disfrute no merecido.
     A costa de la bondad, estafada, de los demás.

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