buscar este blog

lunes, 23 de mayo de 2011

Mientras duermes.

     .....llegó el final, cesó el clamor, la magia se desvaneció, tus ojos siguen fijos sobre mi....

     Apaga la luz. Mira por ultima vez el despertador, se endereza la manta, colcha y sabanas. Aprieta el almohadón y cuenta mentalmente las horas que quedan de sueño. Las que quedan para que el reloj alarma salte por los aires un buenos días. Por debajo de la puerta, entra algo de brillo, alguna bonbilla sigue encendida en la casa. Todavía hay alguien que aún no ha decidido acostarse.

     ......la fría luz de un pabellón sobre un mar de cristales rotos, y un naufrago se ahoga en un rincón.....

     Imagina, como si no tuviera nada mejor que hacer, que las sombras que la ventana introduce en la habitación son holografías que adornan sus posters. Fotos de chicas en poses sugerentes, jugadores de fútbol de equipos medios, símbolos de mascotas, iconos varios y algún grupo de rock de enmarañados pelos, cuero ajustado, guitarra en mano y calavera en bafle Marshall.

     .....y mi hogar vuelve a ser en cualquier lugar, cualquier hotel, dejo atrás la ciudad, dime tú esta noche dónde iras.....

     Cuando ha acabado de ponerle todo tipo de caras a la impronta de la pared, cambia de posición, busca calor en la mano, comprueba el brillo de la rendija; y ligero vistazo al despertador. Media hora menos, treinta minutos más perdiendo el tiempo. Mañana se acordará de los jueguecitos y demás niñerías, ¡jodido adolescente!.

     .....la actuación me hace vibrar y el escenario es un volcán que brama con sonido atronador, bañado por sudor y luz te busco entre la multitud, porque yo se que siempre estas allí....

     Se levanta del tirón. No necesita otro toque de voz protagonista, incluso antes de que suene la segunda frase ya se ha incorporado, puesto los pies en el suelo y rascado la cabeza, desconecta la radio por 24 horas más, justo hasta el día siguiente. Abre la puerta por la que ahora, por el resquicio del dintel, entran todo tipo de claros matinales y ninguna sombra fantasmal. El suelo frió. La mañana cálida. El día soleado. Su animo apagado. Sus ganas nulas. La noche anterior ha sido pesada.

     .....descenderás al reino de la oscuridad. Sigue buscando una escalera al cielo, dime si habrá alguien que te espere.....

     El agua del grifo azul despereza y extermina todo rastro de mala noche. Difumina todo vestigio de la velada anterior, donde el teatro negro representó la obra más trasnochadora que él recuerda. Olor a café. Aroma a pan tostado. Ventanas aireando y puertas de par en par. Estancias vacías, ropa sucia y olla a presión. Verduras en juliana, cascaras de huevo y bayeta con jabón.

     .... o simplemente mientras te duermes los ojos de tus héroes te miran desde la pared.....

     Se calza los playeros viejos, el chandal desgastado, camiseta de propaganda limpia y coge algo suelto que se echa en el bolsillo. Una servilleta de papel. Un canuto de billete de metro. Una pegatina y un papel con algo escrito. Todo ello le acompaña. Ese es su séquito en esa mañana, en ese nuevo día con el que le toca bregar. Son las diez. Ya es hora, ya tenia que estar allí.

     .....volvió el clamor, no habrá final, la magia no se romperá, todo esta bien si tú estas aquí.

     Ya esta en la calle, la puerta del portal se ha cerrado violentamente a su espalda, han retumbado los cristales, como todos los días. Pone rumbo al frente, comienza la tarea.
     Atrás queda su portal, arriba su casa, en ella su habitación. Dentro se quedan ellos, protegiéndola y defendiéndola de los espectros grises y sombras de dudosa apariencia. Le protegen, son sus guardianes, sus héroes. 
     Lo hacen desde la pared. 
     El run run de la canción nocturna, todavía le acompaña.
    
    
    
    

viernes, 20 de mayo de 2011

Calles

     ....van recorriendo las calles.....invadiendo nuestras casas....y contaminando el aireeeeee.... [click].(Stop).
  
     Perdón, estaba escuchando música. Ya ves, me he dejado llevar. En fin, soy así. Unas veces leo, otras escribo; y en ocasiones... veo muertos, osea, escucho música antigua. Como lo es este pequeño trazo de una canción que seguro la mayoría conoce.
     Es un grupo urbano, muy de barrio, callejero. Y de ahí mi salto al blog para patear las calles. Grises.

      ¡¡¡Calles de todos los tamaños!!!. Calles de todos los colores, calles de todos los modelos, calles a grito pelaó, calles peatonales, calles de avenidas, calles que se cuelan; callejuelas, calles cortadas, calles sin importancia, calles de cojones; callejones, calles sin salidas, calles señoriales, calles marginales, calles de pueblo, calles con árboles, calles rurales, calles de ciudad,
     ¡¡¡Que te calles!!! coooño.

     Las calles te lo dicen todo. Todo te lo cuentan, de todas ellas aprendes, todas enseñan. La lección de la calle, la calle habla, la escuela de la calle, la vida de la calle, la experiencia que da la calle, la vivencia de la calle, la pobreza de los de la calle, la basura de la calle, el ruido de la calle, la contaminación de la calle. La puta calle.
     ¡¡¡calle!!!, que estoy hablando. 

     Ese tramo de río alquitranado, adoquinado en su ribera. Esa lengua de asfalto que penetra por cada manzana, bloque o finca, para atravesar sin complejo la ciudad. Es la biblia de la misma, la enciclopedia de la población. Es ella la que te ilustra y te muestra todo el significado, todo el por qué de la capital que pisas. Ella, que se engalana con sus tiendas, sus bares, sus comercios, sus servicios. Se enorgullece de sus adosados organismos oficiales, sus fincas protegidas, sus balcones centenarios, sus portales y locales abarrotados, sus parásitos peatones que sacan de ella todo lo que pueden. Porque es ella la que te cuenta y destapa toda la vida de los mismos, toda su historia; en ella ves como viven, como son, como se comportan. Te ofrece su cultura, sus gustos, sus costumbres, hábitos y formas. Paseando por alguna de ellas, simplemente con mirar su nombre, ya te dice más de lo que un mal libro te puede indicar. A quién esta dedicada y por qué, de qué época y por lo tanto a qué periodo histórico pertenece, qué documento te puede descubrir.
     Puedes permanecer en ella desde que amanece hasta que desaparece el sol por algún alto edificio que dibuja su horizonte, y en ese largo pero escaso instante de tiempo, puedes apreciar todo lo expuesto antes. No hace falta que entres a un museo, una gallery, una iglesia, palacio, recinto o inmueble municipal. No es imprescindible, aunque si recomendable, para saber más de la metrópoli; pasear por algún parque, jardín, plaza y demás espacios abiertos, pulmones del núcleo.
     Esto es la calle de la gran ciudad. Paginas de historia viva, recuerdos suculares, marcos de teatro donde sus protagonistas interpretan su mejor función para que tú, que estas de paso, veas, sepas y entiendas el por qué de su diferencia contigo. Su olor peculiar, su color singular, su único e inconfundible sonido. Hojas de jerga extraña sobrevuelan las aceras desprendidas de sus árboles humanos, como un otoño perenne de 365 días. Lenguas desconocidas que suenan familiares. Otros idiomas que giran alrededor construyendo en tu interior una torre de Babel llena de opinión, de contrastes, de significado. 
      Y luego descubres por qué estas allí.

martes, 17 de mayo de 2011

Humo de segregación

     Fue un ruido ensordecedor, el picaporte de hierro chocó violentamente al cerrarse la puerta de madera maciza reforzada con travesaños de duro metal. Encima, justo pegado al techo, una diminuta ventana que servía de respiradero coronaba el terrorífico portillo. Estaba compuesta de barrotes de hierro fundido también, remachado con enormes tornillos que imposibilitaban la escapada, la mínima posibilidad de huida.
     Dentro el olor era nauseabundo; al respirar, diminutas esquirlas de paja que habían servido de sustento para la vacas, se introducían en la garganta, dificultando la escasa posibilidad de aspirar aire limpio, oxígeno puro. Las bocanadas de hedor a orín, junto con el tufo de las éces convertía la estancia en algo más digno de animales que de personas.
     En el rincón junto a la puerta, un cubo de madera agujereada con el asa oxidada, contenía el escaso líquido potable que tenían que compartir todos en el eterno y extenuante viaje. En él apenas había agua, alguien lo había utilizado como improvisada letrina. Alguien cuyo pudor impidió hacer las necesidades intimas en pleno suelo, en medio de aquellas personas desconocidas, pero con las que se estaba compartiendo la experiencia más personal y vejatoria que jamás habían tenido. El más veterano de todos, el que más cordura mantenía en esos terribles y desconcertantes momentos, asió el cubo e intentó mantenerlo alzado junto una de las grietas del techo por donde se colaba alguna sucia y descolorida gota de agua que provenía de los mangerazos con que habían rociado el vagón para mantener una temperatura digna, una ocurrencia que tuvo el más santo de aquellos inhumanos demonios. Cuando apenas tenía un tercio del mugriento recipiente lleno, un tirón de la locomotora en pleno arranque, esparció por la cabeza todo su contenido, más porquería que agua, más denigración sobre si mismo, más desesperación, más de lo mismo.
     Afuera risas. Música clásica de megafonía. Hastío, aburrimiento, monotonía, ordenes acatadas, deber cumplido. Botas de cuero reluciente, galones y medallas merecidas lustradas al amanecer. Uniformes limpios, planchados, inmaculados. Golpes de fusta a la suela del borceguí como único entretenimiento aparte del de observar cómo las bestias encerradas luchaban ansiosas por sobrevivir dentro.
     El judío reza lo que sabe, a quien le pueda escuchar, duda de su existencia, pierde la fe que se evapora por una de esas rendijas de libertad. Llora todo lo que puede, más de lo que debe, su agonía se eterniza creando en su interior un Vellocino de oro. Dudando de su origen, sopesando su credo, acatando su castigo. Esperando su destino. Deseando el final. Anhelando el desenlace que dé fin a esta pesadilla irracional.
     Su Dios lo ha escuchado, el tren del terror se pone en marcha. La ruedas chirrían contra la vías confundiéndose con las risas de los soldados, ellos también esperaban ese momento, ahora podrán marchar a casa, a reunirse con su mujer e hijos si los tuvieran. A degustar una copa de coñac, a escuchar algo de plácida y relajante música, a observar desde su balcón los arbustos de su jardín, de su edén particular.
     Lejos de allí, en el vagón del miedo, los chillidos, llantos, lágrimas y ahora jadeos de bebés, se hacen cada vez más patentes. El ruido del infierno llena por completo todo el habitáculo. Solo se respira muerte, solo a ella se la escucha. Golpea desde fuera la guadaña contra los cierres metálicos provocando el chirrío tortuoso. El judío se aferra con desesperación a la vida, a lo que le queda de ella. Se acurruca sobre si mismo, en cuclillas, mirando a su alrededor, viendo como los demás abren la boca y gesticulan, chocan entre ellos; pero no los oye, el sonido del vaivén del ferrocarril se a instalado en su cabeza, tan solo escucha su traqueteo, su corazón.. su última plegaria.

     Una nueva mañana florece. Es irónico. Algo que nace en ese campo de óbito. El paisaje dibuja dos lineas tangentes, dos lineas férreas que buscan su punto de unión, una conexión que las une al final, al principio, a la entrada del exterminio. Ahora todo es silencio, se acabaron los gritos, ruegos y lamentos de la noche anterior. Se disiparon las dudas, se finiquitó el temor. Ahora todo es pasado, pero solo para ese vagón.
    
     El comandante saborea un delicioso café y unas exquisitas tostadas con mantequilla y mermelada que llenan de aroma matinal el salón de su palacete. Acaba de levantarse, la jornada anterior fue dura, bastante ajetreada. Aziele, la joven polaca de origen hebreo, le ha preparado el desayuno con toda su entrega a la hora señalada. Es lo único que se espera de ella, lo poco que se le exige para seguir viviendo. El avezado oficial se lo agradece con una sonrisa y un gesto cordial. Se levanta para abrir el ventanal y que la naturaleza viva entre en él. La mañana no es del todo brillante, ni soleada, está más bien plomiza; se desanima. Se estira la noche de encima y respira profundamente, nota algo extraño, un olor desagradablemente inconfundible. La chimeneas de las cámaras no han parado en toda la noche, y el humo negro tiñe su cielo azul. Huele a gaucho, a vertedero. Huele a segregación.

     No hay tiempo para divagaciones. Su nueva jornada comienza, para él sí hay otro día, ellos deciden quién es merecedor de otra oportunidad. El sonido de un pitido a lo lejos avisa que otro vagón está al llegar, los soldados se preparan, forman grupos, van a la carrera, más gritos de ordenes ininteligibles. Las calderas se precalientan, las puertas del infierno de Auschwizt se vuelven a abrir, un nuevo tren asoma por ellas.
    
        La muerte lo cabalga; y el infierno lo seguía...
    

lunes, 16 de mayo de 2011

El Lago

     Oyó el grito, se asustó, miró hacía atrás y cuando pensó que ya nada le seguía se escurrió y cayó por la ladera. En su interminable caída arrastró con él toda clase de insectos; partió ramas, rompió arbustos, chascó alguna planta mientras con sus pies intentaba frenar ese acelerado descenso por el terraplén. La polvareda que levantó le produjo un repentino atranco respiratorio, empezó a toser, lo hizo acelerado mientras se intentaba secar las heridas que las zarzas le habían producido en el desafortunado descenso.
     Cuando finalmente se hubo incorporado, comprobó como uno de sus pies se había introducido en un charco.- ¡Vaya fastidio!, ahora iré el resto del camino con los calcetines mojados y las playeras chancleando, y todavía queda un buen trecho para llegar.- Se sacudió de encima la tierra y parte de la humillante costalada. Miró a ambos lados buscando el siguiente paso en una desorientada madrugada. Se decantó por seguir recto, el pequeño y tortuoso sendero le llevó hasta el final de la ladera, se paró, y cuando intentaba dilucidar su próximo movimiento, empezó a salir el sol.
     Asomó  por el cenit de la montaña e iluminó todo el valle, lo hizo de sopetón, como si una sabana invisible descubriera todo el encanto que habría estado ocultando deliberadamente  la noche entera. Y desde allí observó sosegado toda la ciudad. Se quedó perplejo, no creía que estaba tan cerca, ni que era tan bella. El valle la recogía delicadamente, como una mano coge a un polluelo; lo hacia, pensó él, para mostrárselo con todo detalle. Los rayos prematuros y tempraneros se reflejaron en el enigmático lago. La laguna estaba serena, en calma cuando el rey más ardiente de todos se asomó a ella. No se movía ni un alma, ni siquiera una pequeña onda buscando la orilla; desde arriba le pareció verse revelado en esa masa estancada de agua mágica, ese pulmón del que bebía la ciudad
     Se chupó la mano y la frotó contra el arañazo del codo, luego se medio atusó el pelo, se colocó la camisa y se encaminó hacía la urbe con una sonrisa y un leve sentimiento de ilusión.
     Metió una mano en el bolsillo, la más dañada, he hizo hueco en él. Había llegado el momento, había que guardar otro recuerdo.

viernes, 13 de mayo de 2011

***NÉMESIS***

     Siguiendo con mi pasión por el Tenis, hoy de nuevo, vuelvo a hablar de Nadal. Está es la tercera entrada en la que de una manera u otra hago mención al de Manacor, al Mallorquín, al Balear, al Español Rafa Nadal. Todos estos títulos, no contabilizables para la ATP, son con los que el comentarista de turno le cita para no caer en la redundancia de solamente referirse a él como Rafa o Nadal. 
Diosa Némesis
     Son algo reiterativos, repetitivos, y sí, algo cansinos. Pero es que lo que está, o mejor dicho, ha, conseguido nuestro icono Español es digno de insistencia reincidente. 
     Hoy no estamos de fiesta, no estamos para celebraciones; lo que se venía viendo a primeros de año, se ha hecho manifiesto. A Nadal le ha salido su Némesis. 
     Pensábamos que Némesis era el monstruo que le aparecía al héroe de cualquier ámbito, y le ponía en su sitio, con sus mismas armas; por decirlo de alguna manera, era el antídoto perfecto para combatir contra él; igual de fuerte, pero malo
     Pero mira por donde resulta que Némesis no es otra sino, que una diosa. La diosa de la venganza. Pero una venganza, buena, justa, que coloca al hombre en su sitio, con el fin de buscar un equilibrio social o ....celestial correcto. Nadie será más que nadie. 
     Esta aparecía en la mitología griega,  se presentaba a sus lugareños endiosados y les ponía los pies en la tierra, o lo que es lo mismo, los bajaba del cielo. 
     Esta es la versión mitológica. La que ahora mismo se utiliza, es la de rival, enemigo, la horma de su zapato. 
     Da igual si cogemos una versión o elegimos otra, en cualquier caso ambas nos valen para explicar lo que ocurre en la pista de tenis cada vez que sale RN, ultimamente claro. A Nadal le ha visitado la Diosa, tan acostumbrado a ser visitado por musas, ahora es la de la venganza la que se ha postrado en su raqueta para de forma clara dejarle claro que es humano y como tal tiene que buscar el equilibrio. Si por el contrario pensamos que no es la Diosa, si no que es el monstruo del mal el que viene a presentarse y decirle: aquí estoy yo, lo ha hecho de forma contundente, agresiva y casi humillante. 
Monstruo Némesis
      No es del averno, seguro, ni es tan malo, seguro también. Lo que ya no tengo tan claro es que sea Griego, y no solo por lo que el significado peyorativo puede significar, sino, por la situación geográfica, Grecia, no será, Serbia; y lo que es seguro es que se está convirtiendo en Mito, no en Dios, eso ya es mucho, pero si en un personaje de esa mitología tenística que nos invade ultimamente.
     Habrá que esperar a ver como queda esta lucha de dioses, pero todo indica que seguirá en este sentido de momento. 


     A esta hora, cuando estoy a punto de cerrar la entrada, nuestro Gladiador esta en el coliseo Romano, batiéndose a raquetazo limpio con un rival. Es Roma, no muy lejos de la cultura griega, y con una mitología muy acentuada: Vulcano, Júpiter, Marte, etc. No sé si alguno de estos aguerridos dioses ayudará a Rafa, creo que no, porque por lo que veo y siento, la Diosa Griega pisa fuerte, con pasos destructivos; se la oye, retumba el suelo, se mueven los milenarios adoquines del circo; creo que también ha llegado a Roma. 
     

domingo, 8 de mayo de 2011

pREJUICIO y pERJUICIO

     Hay por algún lado una película que lleva más o menos este titulo: Orgullo y prejuicio. En ella se narra la historia de una familia que intenta casar a todas sus hijas, seis, con miembros honorables y de familias de rancio abolengo de la Inglaterra del siglo XVIII. La trama principal es el titulo de la misma, renuncian al orgullo por mantener el prejuicio ajeno.
     No hace falta que corramos a nuestra videoteca para poder verla de nuevo, ni tengamos que retroceder de memoria hasta dos siglos atrás para poder vivir de nuevo este sentimiento. Ahora en nuestra época es cuando más estamos haciendo uso de estas dos palabras. Me quedare solo con la del Prejuicio; y la del orgullo la cambiare por la del Perjuicio que nos produce la primera.
     Primero vamos a ver qué es el prejuicio, que muchas veces lo equivocamos con "complejo"; decimos: es que tiene muchos prejuicios, cuando realmente queremos decir, es que tiene muchos complejos. Realmente van relacionadas, pero no por eso significan lo mismo. Por culpa de tus prejuicios, es decir, por juzgar antes de tiempo o juzgar sin conocimiento, te creas ese hipotético complejo, que cuando es negativo suele ser porque te lo has creado de inferioridad, y eso te crea un perjuicio; si por el contrario te creas el complejo de superioridad este hará también un perjuicio, aunque en este caso tú no lo sabrás ni lo verás a la zapatilla por detrás...tris tras.
     Los prejuicios más comunes hoy en día son los relacionados directa o indirectamente con el Dinero $$$. El error que cometemos para convertir el primero en un grave perjuicio es que creemos que todo el mundo hace lo mismo, es decir, que nos juzgan sin conocernos; este es el auténtico y más global de los prejuicios. Y eso a nosotros nos mola, nos gusta: - si realmente no me conocen y solo van a juzgarme por lo que desde fuera ven, es muy fácil engañarles.- Pero no asimilamos que eso mismo nos pueden hacer a nosotros. De hecho es lo que ocurre. Estamos continuamente engañándonos unos a otros, dándoles pistas falsas para que crean que somo así o de esta otra manera, justo lo que queramos que piensen que somos o nos comportamos. En esta lucha de máscaras, al más puro estilo Veneciano, al final gana el que consiga "undir" al otro, el que consiga hacer creer al rival que es una autentica mierda comparandolo con él, y ese es el autentico perjuicio de este juego; que aunque tú sabes que probablemente la persona no sea así, puesto que tú tampoco lo eres, surjan las dudas, de que a lo mejor ella verdaderamente sí es como aparenta y solo tú eres la ficticia, y aparece la gran losa del complejo, de la inferioridad que se ha creado solo en tu cabeza al pensar sin conocer en absoluto a esa persona, que ella es mejor que tú, que tiene más que tú, que gana más que tú. Cuando a lo mejor simplemente en lo único que es mejor es en interpretación, en puesta en escena. Incluso puede que se piense que seas tú el autentico ganador, el que realmente gane más que él. Y esté en su casa luchando abiertamente contra ese complejo de connotaciones perjuiciosas por la simple razón de tanto tú como él, habéis estado jugando a los prejuicios. Un juego de acomplejados que no asimilan y desconocen los verdadres perjuicios.

lunes, 2 de mayo de 2011

...Ya es tarde, qué más da.

     Era una chica rubia. La edad sería aproximada a la mía. Al fin y al cabo los dos íbamos a lo mismo. Para mí era la tercera vez, ella era más experimentada; suponía, según dijo, su octava oportunidad.
     Media hora después de bajarnos del coche temblando como adolescentes y tras contarnos nuestra visión de la reciente prueba, se acercó a nosotros el profesor. Llevaba el rostro serio, él era así, eso no implicaba que la noticia fuera mala, pero la vivencia de las otras veces nos decía lo contrario. No dijo nada, se limitó a darnos unos papeles que por lo visto eran nuestros. -¡¿que?¡. No nos dice nada. ¿Hemos aprobado o no?.
-Si, sí, claro. Pensé que ya lo sabríais.
     Se volvió a la chica. Ahora lloraba de emoción. Pero en su rostro no había signos de gran alegría. -¿Estas contenta, o no, eh?-

     Unos micrófonos se acercan a un viandante en la parada del bus frente a Atocha. La reportera espera hacer una original y exclusiva pregunta, está algo desbordada por la noticia que sabe, la primicia que guarda, la novedad que esta apunto de soltarle al peatón. -Hola buenos días; ¿qué opina usted sobre la captura y muerte de Bin Laden?
     La respuesta de la señora, es una mujer la elegida por la reportera, sorprende a la informadora y a los televidentes que en esos momentos siguen su reportaje por tv desde sus casas. -¡Ah!, no lo sabía, pero bueno que más da, ya es demasiado tarde, ¿no?.

     Efectivamente, ya es tarde para alegrías, para festejos, para alardes, para felicitarnos, para celebraciones. ¿No es demasiado tiempo para creer que es un logro positivo?. Es una gran noticia, sin duda, pero devaluada por el paso del tiempo.
     Hace 10 años fue el comienzo de la búsqueda más costosa de la historia de la humanidad, cara en costes económicos, materiales, logísticos y de vidas humanas; militares de uno y otro bando y victimas civiles, gente inocente.
     Osama se llevó por delante a más de 3000 personas entre versos del corán y oraciones a Alá. El mundo de Occidente, Europa y EE.UU., han multiplicado por cien las víctimas en su búsqueda. El debate está abierto. Quién es más sanguinario, el que mata injustamente, o el que lo hace justamente,justificadamente, y en esa ardua y difícil faceta arrastra en su objetivo a cientos de miles de vidas. Está justificado el efecto por según que causas, apoyamos todos los medios para conseguir un fin. Merece la pena esperar 10 años y estar durante todo ese tiempo en guerra mundial continua, entrando en unas, saliendo de otras, para después volver a reforzar la anterior. Llenar de muertos las Tvs, los periódicos y demás medios informativos, para ir justificando esa inexorable búsqueda hacia un solo hombre. 10 años de mentiras, de invasiones, de ocupación ilegal, de bidones de petróleo, de titadine, de destrucción masiva, de análisis e índices, de manifestaciones, de gritos y de lágrimas. 10 años de miedo y temor porque volviese a ocurrir; y ocurrió dos veces más por lo menos, y bajo esa nueva amenaza otra nueva invasión, otra tanda de misiles, otra subida del crudo, como la realidad.

     Lo normal es aprobar a la primera, a la segunda; a la tercera como mucho. Luego el resto ya no es ilusión. Es pura estadística, mera probabilidad. Simple espera. La chica le contestó. -Pues no. No estoy nada contenta. Es más, me siento frustrada, decepcionada conmigo misma. ¡aprobar a la octava!, puff, menuda ilusión.

     La no ilusión. La decepción. Es lo mismo. Tanto en un caso como en otro la estadística se apodera del deseo, de la confianza, de la fe. Por eso años más tarde en la parada frente a Atocha, la Sra. que dejó atónitos con su respuesta,se gira a la que se marcha, mira asombrada a la periodista por la cara con la que la joven reportera se ha quedado, y en un golpe de espontaneidad reitera -Sí, sí, qué más da. 

domingo, 1 de mayo de 2011

El Rancho

     No jugaba. Apenas salía de casa. Su único entretenimiento eran los juegos indoor, o sea, de salón. El fútbol en un descampado, las canicas en un solar, el escondite entre las calles solitarias de barrio, eran solo un pasatiempo que él conocía de oídas.
     Fue un niño sin infancia. Sin sueños. Sin metas. Sin sonrisa. La mayor parte de su tiempo lo pasaba en asuntos contrarios a su edad, lejanos a su inquietud, asuntos de mayores. En principio podía sonar atractivo, sugerente y, por qué no, hasta recomendable. Pero a la larga pasa fáctura.
En esta vida, que es nuestra vida- "Vida es lo que pasa, mientras nosotros nos dedicamos a otra cosa"-  hay que pagar por todo. Por los excesos y por los decesos.

     Hoy, aún sigue pagando, imagino que por ambas cosas. Porque todo es inversamente proporcional: Si por exceso fue muy casero, por deceso fue poco callejero; si por exceso tuvo responsabilidades de adultos, por deceso no tuvo menesteres infantiles. Y así hasta nuestros días. Esto es, casi cuatro decadas.
     El tiempo siempre te da una nueva oportunidad de resarcirte de tus errores, aunque estos no hayan sido causados por ti. De tal manera que cuando lleguemos al juicio final todos tengamos las mismas oportunidades de acceder al paraíso, tenemos que tener el mismo currículum, de forma que se nos pueda juzgar por lo mismo, a todos indistintamente. Cómo demostrar que uno ha sido mejor en, no sé, montar a caballo, si varios de los que están haciendo cola en el garito "San Peter Gate´s" jamás han montado ni conocido equino alguno. Por eso de las oportunidades. Te llegan aún no esperándolas, solo tienes que verlas. Y para eso has de ser muy observador.
     Si no has vivido el suficiente tiempo como niño o, si como decía antes, a la inversa, has vivido mucho como adulto; es hora de empezar a cambiar.
     No es de extrañar que por esta circunstancia seamos unos tan distintos a otros. Y es por esta razón por la que unos nos comportamos tan diferente a los demás. Vamos en dirección contraria en esta carretera de la vida, vemos la meta en puntos opuestos. Y nos convertimos en lo que yo llamo los Kamikazes de la vida.
     Esta y no otra es la única causa de que quiera hacer lo que me de la gana, lo que me pida mi alma, lo que me dicte el corazón. Yo soy hoy quien por primera vez en mucho tiempo, véase cifra anterior, decida: qué hacer, cuándo, cómo, cuánto y lo que es más importante.......con quién.
     ¿Hay en esta decisión algo malo?, No contestéis, es retorica. ¿Hay algo que me impida, moralmente, claro, hacer lo que me apetezca?, ¿No es lícito que después de tanto sacrificio haya decidido darle una tregua, un descanso a mi ser?.
     Habrá quién diga que a qué sacrificio me refiero, no voy a contestar, simplemente que observen a sus hijos y se pregunten: ¿Les estoy enseñando correctamente, les estoy inculcando valores socialmente adaptados, en el menú diario de educación aparecen las palabras sacrificio, lucha, entrega, merecimiento y agradecimiento? Una vez hayan contestado, e intentado arreglar ese desaguisado donde están inmersos con su criaturas, que pasen a juzgar mi actitud.
     Yo les diré, o mejor dicho, les daré dosis enteras, sacos llenos, de significado de cualquiera de estas palabras que a ellos, padres e hijos, no les dice absolutamente nada, y que a mí por desgracia me sobran por exceso, y necesito liberar para como mínimo después de tanto tiempo disfrutar y ser como un niño, y hacerlo como ellos, consentidamente, sin reproche alguno, sin objeción aparente. Disfrutar como tal, en el Rancho de NeverLand. Pero siendo adulto, sin prejuicios. Porque un día fui un niño contenido, al que ya le dijeron NO.